lunes, 27 de octubre de 2014

LA IMPRUDENCIA Y LA IRRESPONSABILIDAD CAUSA DE LAS MUERTES DE OSCAR TAVERAS Y SU NOVIA

Oscar Taveras

Por Alci de la Rosa

Cuando un ser humano que vivía una vida de muchas limitaciones y gracias a tener habilidades para jugar béisbol al más alto nivel se inserta en Las Grandes Ligas contratado por un equipo que le depara una fuerte suma de dinero que lo convierte en millonario, pues mentalmente se convierte en otro ser.

Otro ser que tiene en sus manos el mágico poder del dinero para disfrutar de los más diversos placeres de la vida e incluso poseer un automóvil del año con todas las comodidades y de alta potencia para devorar distancias en tiempo record, como el Chevrolet Camaro que lo llevó al viaje sin regreso.

En el accidente en que perdió la vida Oscar Taveras y su novia de 18 años, Yamali Arvelo, la gran mayoría de comentaristas deportivos le atribuyen la desgracia a la mala carretera en la que viajaba, la oscuridad, etc., pero aún así nosotros somos de opinión que hay dos factores que inculpan al occiso, su imprudencia y la irresponsabilidad. Además cientos y cientos viajan a diario por el lugar sin ningún percance. 

La imprudencia fue un factor preponderante porque lloviendo usted no puede ni debe viajar a alta velocidad y en segundo lugar hubo irresponsasbilidad de su parte porque debió pensar en su misma persona de que es un pelotero de grandes ligas en que su equipo Los Cardenales de San Luis había invertido una suma millonaria para tenerlo en su rol y que por lo tanto nadie más que él mismo podría tomar las medidas precautorias en todo momento para cuidar de su integridad física y garantizar esa inversión.

Se habla de la oscuridad pero ese tipo de carro lo que tiene son dos soles en vez faroles en su parte delantera, por lo que hay que indagar si este joven valioso y gran promesa de las Grandes Ligas había ingerido alcohol durante un pasadía en Jamao, Moca y se dormiría en la carretera por los efectos de la bebida.

El accidente ocurrió en la carretera Cabarete-Sosua y en lugar de la escena se comprobró que ninguno de los viajantes tenía el cinturón de seguridad puesto lo que dio lugar a que sufrieran fuertes golpes en la cabeza. De haberlos tenidos puestos quizás hubiesen sobrevivido al impacto contra el árbol al que fue a parar el Camaro cuando su conductor perdió el control por el exceso de velocidad.

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