Por El Duende
El "Don Miguelo" y El maestro José Antonio Molina
El lenguaje destemplado, soez e irrespetuoso del tal "Don Miguelo" hacia el superbo maestro de la música José Antonio Molina dice muy bien de la poca preparación humana de este cantor urbano, porque todo se puede decir pero en forma mesurada y este "intrépido gañán" ha llegado hasta "la audacia" de llamar nada más y nada menos que imbécil a quien en la escala clasificatoria social es todo lo contrario. Por tal razón nos preguntamos si el "Don Miguelo" conoce el significado lato de la citada palabra imbécil, ya que en la famosa e interesante obra "El Hombre Mediocre" el gran pensador y filósofo argentino José Ingenieros desglosa magistralmente la clasificación humana al decir que el común de la gente (hombres y mujeres normales) pertenecen a esa escala; que por encima de esta está el hombre superior y por debajo de ella el imbécil, que es el menos entendido de los hombres del planeta que por sus condiciones de pobreza o defecto físico es un inútil, un idiota. Y nosotros afirmamos que de esto el excelente músico dominicano José Antonio Molina no tiene ni un pizca, cuanto al contrario ha sobresalido por encima de la media en su entorno cultural. Nosotros no nos oponemos a la música urbana que consume una inmensa cantidad de jóvenes hoy en día, porque como dice un texto de preceptiva literaria "cada época tiene su estética", pero a lo que debe atender el "Don Miguelo" y comparte es a mejorar la lírica de su canto ya que muchos temas que se oyen por ahí es como dice el profesor sinfónico ¡son puro veneno en sus letras indecentes y deformatorias de la buena conducta de la juventud dominicana! ¡Sí, señor!
MANUEL JIMÉNEZ PONIENDO UN HITO CON LA LEY DE MÚSICA
El cantautor Manuel Jiménez con su proyecto de Ley de Música esta construyendo un hito en la historia del arte popular que podría repercutir en el futuro inmediato en una explosión de progreso para el artista criollo. Pero más aún con esta ley la música bandera, el merengue, resurgiría de su letargo para ser de nuevo el rey de las alegrías en fiestas de campos y ciudades. De ser aprobada las emisoras de radio y lugares de diversión estarían obligados a difundir en sus programaciones el 50 por ciento de la música y canciones de los artistas dominicanos. Estos artistas que se han visto frustrados al crear sus obras y con dolor dentro de que nadie se las divulgue so pena de pagar un alta cantidad de dinero, podrán en lo adelante proyectarse con el consecuente resultado de tener demanda a nivel nacional e internacional de su producto artístico el cual les generará el deseado progreso económico. Pero para llegar ahí parece que se avecina una gran batalla por los intereses encontrados de los artistas y los dueños de emisoras, ya que estos últimos alegarían que esa ley choca con la modernidad de la radio de hoy en que hay especialización selectiva de un tipo de música dirigida a un foco de público determinado; que si habrá suficiente música dominicana actualizada para llenar el inmenso 50%, etc. Las frecuencias de radio y TV pertenecen al Estado, es decir que cada dominicano tiene parte de ellas, y que con permiso gubernamental son explotadas comercialmente por determinados ciudadanos, sin embargo los artistas criollos, y con razón, se sienten con derecho de que esos bienes del Estado también los cubra con sus bondades. Vamos a ver en qué parará la cosa, caballero.
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