Josué Guerrero y Laura Lebrón
Por Alci de la Rosa
El aforo, la Sala Ravelo, del Teatro Nacional Eduardo Brito, en donde entran en escena los dos únicos actores de la fascinante obra La Venus de las Pieles, del dramaturgo alemán David Ives, y desde un mismo inicio se enfrascan en un duelo de buena actuación.
Y a nuestro parecer después de acabada la función no sabíamos a cual de los dos le daríamos el primer lugar porque si bien uno de ellos nos impresionaba con esos cambios contínuos de una actitud relajada al diálogo rígido de la obra que ensayaban la otra también nos encantaba de igual forma y es que cuando uno se olvida de los artistas y se compenetra con los reales personajes es que hay buena dramatización.
El, Josué Guerrero, encarnando a Thomas, un exigente director de teatro que busca con vehemencia la actriz ideal para su apasionante obra "La Dama de Las Pieles"; y ella, Laura Lebrón, que caracteriza a una incipiente atriz que pone todo su empeño en lograr el personaje buscado.
La obra, que tiene la dirección de Mario J. Lebrón H., es sencillamente estupenda con buena carga de ácido humor, y en su argumento se pone de manifiesto la lucha que conlleva el romance entre el hombre y la mujer en que cuando nos rendimos ante el amor del ser amado nos convertimos en masoquistas pero en el fondo siempre subyace la lucha por la prevalencia de un género sobre el otro.
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