jueves, 10 de abril de 2014

LA POBRE LÍRICA DE LA MÚSICA URBANA ES PRODUCTO DE BAJA EDUCACIÓN DE SUS AUTORES


Por Alci de la Rosa

Mi querido sobrino, Dr. Josué José de la Rosa, quien sigue muy atento nuestros comentarios y noticias que publicamos en AlciArtístico o en facebook, escandalizado por el contenido degradante de la música urbana, nos pidió la opinión sobre este ritmo que está consumiendo masivamente la juventud de nuestro país.

Y a la sazón el periódico Listín Diario ha venido publicando en los últimos días una serie de interesantes ponencias de profesionaleses de diferentes disciplinas, así como de religiosos, directores de emisoras y otras personalidades sobre los efectos dañinos que viene produciendo esta música en el comportamiento de los niños y jóvenes que aplican esos antivalores en su vida diaria.

Alguien dijo con mucha firmeza una gran verdad y es que somos productos de lo que vemos, escuchamos o leemos y en el caso de la música urbana esa verdad es manifiesta porque su contenido de incitación a las bebidas, las drogas, la violencia, el sexo por el sexo sin meditar en sus consecencias nos dice que tanto los artistas que la producen como el sector de la juventud que la consume se han formado en un ambiente de muy baja educación doméstica y una pobre instrucción escolar.

A esto se añade el débil control que tiene el Estado en los medios electrónicos de difusión, la poca conciencia de los dueños las emisoras de radio y televisión que con el fin único de ganar dinero y más dinero permiten que los programadores pauten temas que son asquerosidades musicales que están haciendo un daño terrible a nuestros niños y jóvenes, sin embargo ellos no le sintonizan a sus hijos y esposas esa canallada de música, sino que la envían sin escrúpulo ninguno a una masa ignorante que cada día se hunde más en la degradación social.

El ritmo de dembow, Reguetón o hip hop no es lo pecaminoso ya que la música como todo en la vida evoluciona con la aparición de los nuevos integrantes de la raza humana, y se dice que cada época tiene su estética y esa música es realmente contagiante y aceptada por la juventud actual, el problema es su pobre lírica que es el reflejo de la deficiente educación de quienes la escriben y que consecuentemente tiene su gran mercado en un público de iguales condiciones, integrado por jóvenes que ni estudian ni leen nada y que constantemente están pegados a la internet en un chateo insulso o en busca de pornografía, ya sea en computadora o en móvil.

La responsabilidad de mejorar esta situación infamante está en tres sectores, primero El Estado Dominicano que en última instancia es el verdadero dueño de todas las frecuencias de radio y de televisión ya que quienes las operan simplemente tienen una licencia para explotarlas, y El Estado debe actuar en consecuencia con la participación del Congreso. Segundo los dueños de esas estaciones que sin inquietud de conciencia permiten tanta grosería en sus programaciones. Y tercero, los padres de familias que deben inculcar los valores positivos y morales en sus hijos desde su infancia, porque repito, somo producto de lo que escuchamos, vemos y leemos. 


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