Alex Rodríguez
Por Alci de la Rosa
EL NOMBRE MÁS SONORO DE LOS PELOTEROS DE GRANDES LIGAS INVOLUCRADOS EN EL TREMENDO ESCÁNDOLO DE TENER VINCULACIÓN CON LA CLÍFICA BIOGÉNESIS DE UN SUPESTO MÉDICO LLAMADO TONY BOSCH, DEL ESTADO DE LA FLORIDAD, CON EL FIN DE OBTENER esteroides para aumentar su rendimiento, es el de Alex Rodríguez, estrella de los Yankees de Nueva York.
Ante esta explosiva denuncia, y de ser cierta la acusación, se desprenden varias preguntas en torno a la actitud de este jugador que ha puesto unos números que lo hacían merecedor de figurar en la galería de exhibición de los inmortales del Salón de la Fama de Cooperstown.
Las Grandes Ligas han dispuesto sanciones de 50 juegos de suspensión al jugador que sea sorprendido por primera vez en el uso de sustancias prohibidas y si es reincidente recibe una pena mayor de 100 juegos de suspensión con el agravante de no recibir pago alguno durante esas suspensiones. Si el jugador cae por tercera vez en el misma grave falta es expulsado de por vida.
Las preguntas que se desprenden con respecto a Alex Rodríguez serían ¿qué necesidad tiene este superbo jugador para correr este riesgo?, ¿que tiene él que demostrar si ya su foja de jugador arroja un balance que lo catalogan como uno de los mejores de todas las épocas?; ¿sería ganar más dinero? ¡Imposible, porque él es el mejor pagado del juego y tiene un super sueldo asegurado prácticamente hasta el final de su carrera!.
Pero como dice una ley física no hay efecto sin causa. Y esa causa prodía salir del fondo de su ego, el miedo de bajar su rendimiento y verse por debajo de los que están emergiendo en el diamente y que hoy reciben los grandes honores del soberano público.
El hombre debe estar preparado para la fama y así mismo para resignarse cuando las cualidades empiezan a mermar por designio de la Dialéctica de que todo en este mundo está en constante movimiento de cambio y quiéralo usted o no actúa inexorablemente sin pedirle permiso a nadie sobre las cosas animadas e inanimadas.
No entendemos como gente que está en lo claro y con suficiente dinero para obtener toda clase de información no tenga la inteligencia para saber que están viviendo en la nación más poderosa del mundo y que tarde o temprano las autoridades darán con esas infracciones o por lo menos leer El Nuevo Testamento en que nuestro Señor Jesucristo dice que nada hay encubierto que no haya de ser manifestado; ni oculto que no haya de saberse.
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