lunes, 27 de mayo de 2013

EL TORITO, HÉCTOR ACOSTA SE CRECE CON LA VISITA AL PRESIDENTE MEDINA

Héctor Acosta, El Torito y el presidente Medina sonríen cuando posan para la prensa en demostración de recíproca simpatía por el encuentro en Palacio.


Por Alci de la Rosa

TODOS SABEMOS DE LA COHERENCIA DEL TORITO HÉCTOR ACOSTA CON RESPECTO A  SU FILIACIÓN POLÍTICA CON EL PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO Y SU CERCANÍA de amistad con el ex-presidente Hipólito Mejía, el más enconado opositor de las gestiones del Partido de la Liberación Dominicana.

Sin embago esto no impide que con buen juicio él admire la forma de gobernar del presidente Danilo y tomara la iniciativa de visitarlo en el Palacio Nacional para tratarle varios puntos que como ciudadano sensible siente que afecta a muchos dominicanos, especialmente de su pueblo natal Bonao.

El ganador de El Soberano expresó al primer mandatario su preocupación por la inseguridad que sigue campeando en esa ciudad del centro del Cibao, así como la situación de Loma Miranda y la desparación de unos 140 millones de pesos que maneja el Consejo de Desarrollo Provincial de Monseñor Nouel, provenientes de los recursos que aporta la Falconbridge a esa comunidad.

Esta visita que en calidad de ciudadano hace el artista enaltece tanto al presiente Medina como a Héctor Acosta ya que es un ejemplo de diálogo, de avenencia, de concertación  no sólo para los políticos sino también para otros sectores en donde reina la incomprensión producto de la altivez y la prepotencia.

Este cantante que goza de una aceptación tan elevada de un público que lo aclama en forma abrumadora da una muestra fehaciente de que no solo está atento a su fama ascendente ni a los jugosos contratos tanto en el lar nativo como fuera del país, sino que le preocupa la suerte de sus conciudadanos, especialmente de su hermanos más chiquitos de nuestra sociedad.

Ya lo dijo el El Divino Rabit de Galilea que aquel que sirve a los demás será el mayor en el reino de los cielos y nosotros añadimos que el hombre grande es aquel que sabe mirar de sus alturas a los que están abajo. ¡Si, señor!

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