jueves, 11 de abril de 2013

RENÉ BREA SE SALIÓ CON LA SUYA UNA VEZ MÁS, PERO EL FINAL NO FUE LA MEJOR ELECCIÓN

René Brea

Por Alci de la Rosa

Gracias a que convergieron varios elementos como una excelente escenografía, calidad artístico en el canto y baile así como profesionales de la palabra hablada de primer rango dieron motivo para que la creatividad de René Brea se explayara en darle al pueblo dominicano una entrega estupenda en la gala final de Los Premios Soberano sustentados por La Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) y La Cervecería Nacional Dominicana.

Fue sin la menor de las dudas una noche memorable en la augusta sala Carlos Piantini del pomposo Teatro Nacional Eduardo Brito, en que en ningún momento cayó el ánimo del público ya que todos los vacíos que pudiesen presentarse fueron llenados acertadamente por los conductores Daniel Sarcos y Fausto Mata (Boque e' Piano), genialmente elegido para ese cometido.

Desde desde el vivaz opening que empezó solemnemente con tonos de violín y estatuarios bailarines y que se tornó rápidamente en todo un torbellino al ritmo de las piernas y caderas de una pléyade de jóvenes bailarines que desplegaron toda la gracia de su arte danciario y la penetración luego de vario vocalistas que en un todo impactaron certeramente en la atención de la sala.

Pues con buen impacto se inició el hilo conductor de la ceremonia que nos llevó hasta encontrarnos con los segmentos que marcaron el clímax de la emoción en todos los presentes, primero la soberbia actuación de los salseros con la tremenda plataforma musical que le ofreció el maestro Víctor Waill y su formidable orquesta y segundo "el junte de los Hermanos Rosario (Rafa y Toño) que estuvieron maravillosamente bien en su "toma y daca" de los merengues y temas más sonados en ambas voces y como siempre Luis y Tony en el coro y la ejecución instrumental y de coreografía.

Y así se esperaba porque el 2012 fue el año de los salseros descollando todos con temas que se han inoculado en el gusto de la gente, porque la salsa dominicana está en su mejor momento, y por otra parte había una gran expectativa con el regreso aunque fuese provisorio de Toño, la obeja perdida, que volvía al redil de sus Hermanos Rosario, y en cambio, Anthony Santos aunque se le considere el "papaupa de la bachata" no está en la cima de su carrera y a pesar de su demanda tiene una alta tasa de rechazo en amplios sectores de la decencia, especialmente en Santo Domingo.

Precedido de una metida de pata hasta el cuello por su desigasada frase de "viva Trujillo, carajo" Anthony Santos salió al escenario con una carga muy pesada en sus espaldas que era ya la predisposición del público para aceptar su presentación en franco acogida, sino que la gente de más conciencia reunida allí veían su figura ya como un bochorno y por delicadeza se mantuvieron en sus asientos para esperar el desenlace del  de "El Gran Soberano" que a la sazón lo ganó Héctor Acosta, El Torito en doble buena lid, por su brillante trayectoria artística de por vida y por su descollante año 2012.

Tanto el segmento de los salseros con Vìctor Waill a la cabeza como el de los Hermanos Rosario hubiesen sido un final ¡de peliiiiiiiiiiiiiiicula! por la riqueza de elementos melódico-rítimcos y la variedad de voces combinadas que terminaron por todo lo alto, más no así el "Bachatú", que como Chacumbele, el mismito se mató.

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