viernes, 22 de marzo de 2013

TIENE QUE HACERSE UNA REFORMA DE LA LEY DE TRÁNSITO QUE CASTIGUE EL MANEJO IMPREDENTE

El desgarrante dolor de los seres perdido injustamente

Por Alci de la Rosa

Recuerdo que una serie de televisión norteamericana terminaba cada capítulo con una exhortación del jefe de las investigaciones de accidentes de tránsito (o supuestos accidentes) cuando decía "y recuerden que no es el carro el que mata".

La muerte de tres queridos hermanos que enlutó la celebración de todo el pueblo dominicano por el triunfo del país en el Clásico Mundial de Béisbol es una muestra más de la violación olímpica de las normas de tránsito de un conductor que viajaba a alta velocidad en la zona urbana y sin la menor prudencia ante el hecho de que miles de personas estaban en la vía pública a pie y en vehículos también.

Todavía está latente el dolor de las muertes de varios estudiantes que murieron cuando un desaprensivo chofer de una "voladora" que fue contratada para una gira se puso irresponsablemente a beber alcohol sin haber cumplido su trabajo para el cual fue encomendado.

Todo el que corre en medio de multitudes en su vehículo a alta velocidad y el que se pone a beber alcohol sabiendo que tiene que manejar un aparato de alto riesgo es un atentado en contra de las vidas de inocentes y más aun con cierto grados de alevosía ya que saben que ante cualquier eventualidad pueden producir graves daños a los demás sin que a ellos nada les pase en su integridad física.

¡Nadie se lanza a cruzar un semáforo en rojo en una bicicleta, tampoco toma una pendiente a alta velocidad y mucho menos a hacer rebases temerarios porque sabe que lleva la de perder, pero cuando se viaja en un vehículo en el que pueden salir ventajoso ante cualquier eventualidad la violación se hace a pura conciencia!

Una jeepeta es un vehículo construido con alto de grado de seguridad y cuando se maneja como dicen sus especificaciones y con apego a las normas del conductor en ningún momento se le va presentar una situación insalvable ya que tendrá tiempo de frenar o de evadir cualquier escollo en el camino.

Hoy Roberto Boció Novas está pidiendo perdón a la familia de los hermanos muertos José, Deris y Margarita Santana cuando ya no hay poder en este mundo que remedie ese monstruoso hecho que con un poco de prudencia él pudo haber evitado si no hubiese hecho ese rebase temerario.

Pero también las autoridades tienen su culpa en este caso ya que se sabía que en esa zona miles de personas saldrían a copar todas las vías pública y tanto La Oficina de la Autoridad Metropolitana como el Departamento de Tránsito de la Policía Nacional, debieron tomar las medidas precautorias envíando allí varios de sus agentes a dirigir el tránsito y poner las correcciones pertinentes.

Tenemos precaver porque en muchos casos, y tan penosos como este, nada se puede remediar.

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