lunes, 15 de septiembre de 2014

FUNERARIA Y VITRINA (EL CASO YAQUI NÚÑEZ)

Por Feliz Vinicio Lora

“Yaqui Núñez del Risco entregó su vida a la comunicación y la cultura de este país y le pido por esta vía a sus “amigos” que si me ven por la calle no me digan: “no he ido a verlo porque no puedo verlo así”, mejor no me digan nada… por favor no me den condolencia de un ser que seguirá vivo por que lo que hizo en este país está por encima de su existencia”. Parecería que fue reciente que Pavel Núñez dijo esto, pero hace un año encabecé con ese párrafo esta columna.
Lamentablemente vivimos en una sociedad de apariencia, de vitrina y de hipocresía. Me daba pena ver en los medios artistas y figuras, a los que Yaqui hizo famosos y adinerados, desbordándose en elogio.
Ya ¿para qué? Si cuando él lo necesitaba nunca aparecieron por su casa a solidarizarse con él y con Susana Silfa, su heroína.
Hasta cierto cineasta, mal agradecido con Yaqui, despotricó con el premio, pero ¿a dónde estaba tú que no fuiste a verlo en los siete años que duró postrado en el lecho?
La funeraria es el mejor lugar para hacer relaciones públicas y para buscar cámara.

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