Por Alci de la Rosa
Bonny Cepeda pertenece a esa brillante camada de la época de oro del merengue que se manifestó en los últimos tres decenios del siglo pasado y no solamente fue el hecho de que los intérpretes de nuestra música bandera tenían contratos tras contratos que cumplir, lo cual le generaba mucho dinero para elevar su calidad de vida, sino que también las mujeres giraban como mariposas alrededor de ellos.
Parece que en una noche de farra, de esas en que la euforia se adueña del ser humano, bonny tuvo uno de esos efímeros amores que terminan al amanecer porque hay que seguir hacia adelante cumpliendo con otros compromisos de la fiesta de la siguiente noche, hacer los preparativos del día, cumplir con decenas de diligencias de la familia etc., etc., que tal vez no reparó si se fue con condón o no.
Ella, quizas una humilde muchacha de barrio, se le entregó en alma, corazón y vida sin medir las consecuencias, sino con el deseo inmenso de satisfacer su ardiente sueño de tener a su ídolo entre sus brazos, quedaría embarazada y debido a sus condiciones sociales no tendría la posibilidad de detener el tren para llamar la atención de un artista que estaba en su mejor momento.
Se guardó el secreto para ella y su pequeño y después de 34 años aparece este hijo "inédito" de Bonny Cepeda, que si a juzgar por los rasgos vamos, tiene los mismos del famoso merenguero y también de su presunto tío Richie.
Bonny está sorprendido por el parecido tan acentuado de este joven con su figura y que para más también es músico, a lo que ha respondido con mucha sensatez informando que desde ya siente aprecio por el joven y que se están llevando a cabo los análisis científicos para comprobar si es su hijo biológico y que de serlo ya no serían 7 sino 8 el total de sus hijos. ¡Bien por el Bonny!
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