jueves, 17 de abril de 2014

EN TORNO A LA MÚSICA URBANA: SI LA SEMILLA ES MALA, MALO ES SU FRUTO


Por Alci de la Rosa


Si se siembra en el campo buenas semillas no hay dudas que se cultivará frutos sanos y muy nutritivos y lo mismo pasa con el ser humano que si desde pequeño se va sembrando la educación, la lectura y las buenas costumbres cuando ese niño ya es un joven y empieza a relacionarse en la sociedad en que vive aportará cosas buenas y que vayan en beneficio de los demás.

Si trapolamos este pensamiento a los artistas y compositores de la música urbana encontramos una explicación del por qué sus canciones tienen letras tan denigrantes que le hacen culto a la droga, la lascivia, el alcohol y a toda clase de violencia.

Es que ellos escriben y cantan utilizando los elementos que han formado su entorno social desde sus primeros años en que sus padres se hablan con grosería muchas veces llegando a vía de hecho, viendo en la barra de la esquina empapados en alcohol "a los modelos jóvenes conquistadores de las muchachas del barrio",  las riñas en plena calle, a los que ostentan cosas de valor sin haber trabajado nunca, etc.

De esa vida disoluta en que ha formado esa camada de nuevos artistas de la música urbana nacen esas canciones que le están haciendo tanto daño a los futuros ciudadanos de este país digno de mejor suerte, y lo grave del caso es que esto se produce con la irresponsabilidad de los que conducen las cosas de Estado y de los dueños de los medios de comunicación los cuales no tienen el menor escrúpulo en dejar que toda esa basura siga corrompiendo esta infeliz sociedad.

Todo indica que el asunto es hacer dinero a como de lugar sin importar el daño irreparable que se está haciendo a niños y jóvenes que deberían estar recibiendo mensajes edificantes de las emisoras de radio y televisión que en última instancia son propiedad del Estado y el gobierno de turno debe buscar mecanismos que permitan sancionar severamente a los que sigan propalando está música perra.

Es más nosotros vamos más lejos hay que sancionar también con medidas ejemplarizantes a los dueños de colmadones y también a los que andan en carros y jeepetas con esa música grosera a todo volumen en calles y carreteras a todas las horas del día, y esto debe ser así porque parece que el dominicanos solo entiende con la ley del garrote. 

Sin embargo creemos que hay entre estos muchachos y muchachas buenos artistas con sobrado talento y estamos seguros que si ellos se cultivan con la buena lectura y se instruyen con ayudas de profesionales del buen decir no hay dudas de que van producir temas en este tipo de ritmo con una lírica agradable para todos.

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