sábado, 29 de marzo de 2014

ARMANDO ALMÁNZAR DEVASTADOR CON "LOTOMAN 003"

Escena de "Lotoman 003" en que figuran Raymond Pozo, Miguel Céspedes y Fausto Mata

Armando Almánzar R.
Santo Domingo


“23 de abril, 2033, Santo Domingo. La empresa cinematográfica Chupeta hace saber por este medio del próximo estreno de su maravillosa cinta- “Lotomán 26”, otra película de Money Order C. x A. Se espera que, como las 25 anteriores, sea un gran éxito de público dada su risible originalidad”.

En efecto, casi nos parece estar leyendo esa noticia, con tan buena cara al leerla como cuando leíamos que el descalabrante intelectual aquel volvía a reelegirse con los mismos funestos resultados.

Alguien, cuyo nombre nos reservamos, nos preguntó cuando salíamos a escape del 360 qué tal nos había parecido y, ante nuestra mueca, nos dijo que tenía que ser mejor que la anterior porque aquella fue muy mala. Apenas pudimos responder que un clavo saca otro clavo y que lo único que habíamos procurado durante ese esperpéntico desarrollo era descabezar una pavita para quitarnos de los ojos aquello, pero que, como una especie de castigo supremo, ni eso habíamos podido.

En la ficha de esta “película” que aparece en IMDB figuran los nombres de los intérpretes, el director, que es el mismo de siempre, el musicalizador y el director de fotografía, aparte de un buen número de técnicos. Como detalle extraño, no aparecen los guionistas, a quienes alcancé a ver durante los créditos (que, por cierto, es de lo mejor que tiene el asunto...casi lo único bueno), pero que, siendo nada menos que cuatro aparte del escritor de la historia “original”, no pudimos retener sus nombres. 

Y, preguntamos: ¿no será que se sienten un tanto abochornados por haber escrito semejante mamotreto y no quieren hacerse responsables? No deberían haberlo hecho;  después de todo, deben haberles pagado por ello. El único nombre que recordamos del quinteto es el del mismo director, o sea, que sobre él, entonces, recae la mayor parte de la culpa.

Porque insistimos en algo que ya dijimos alguna vez antes: cualquier muchacho de primaria es capaz de escribir algo mejor. Porque esta historieta no tiene pies ni cabeza y sobresalen los deslices (por llamar de manera delicada a las estupideces): los personajes centrales son invitados a Puerto Rico a una carrera de motos en la cual ellos participarán para descubrir una peligrosa banda internacional, van a un hotel, hablan todo el tiempo, bailan, ven chicas bonitas... pero se les olvidó la tal carrera.

Y es que, en verdad, lo que sucede es que no son deslices, sino que no les importa a ninguno, guionistas, director, productores, que exista algo llamado coherencia, sentido, fundamento, interés, detallismo, formalidad o lo que sea en lo que cuentan, sino el resultado final: dar la cosa esa en cien salas y recaudar un montón de millones.

Eso, aparte de lo que cobran aparte por las más que frecuentes apariciones, al descuido, de productos para publicitarlos descaradamente con los pretextos más necios que se puedan imaginar. (L.D.)

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