jueves, 20 de febrero de 2014

EL HARAKIRI EN EL ARTE


Por Joseph Cáceres

Se ha convertido en algo recurrente, que raya en lo anecdótico y proverbial, que los artistas cuando están en ciernes entran "en todas" con quienes tienen la posibilidad de potenciar y dar a conocer su talento en el camino hacia la fama y el éxito.
Desde que consiguen lo que quieren, se olvidan de quienes han invertido dinero, trabajo y esfuerzo en procura de ganárselo todo, sin dejar a managers, empresarios y promotores recuperar por lo menos su inversión.
Ya con la popularidad y un nombre posicionado en el mercado, merced al tema éxito que hacía falta consiguen con falicidad quienes les hagan propuesta pues es muy bueno encontrar un producto hecho.

Raphy D'Oleo, quien es un veterano empresario artístico en el negocio, dice que no trabaja con productos nuevos, y que por eso prefiere presentar sus shows con los artistas viejos, de esos que viven de su repertorio, sin necesidad de colocar y promover un nuevo tema en la radio, cosa que es necesario hacer con los nóveles, con la inversión que ello supone y costo que implica.

Ya se ha dicho que en artistas nuevos como Rafely, por citar un ejemplo, sus manejadores invirtieron más de cinco millones de pesos, hasta agotar todas sus facilidades.

Sería justo que si Rafaly logra ahora un éxito musical que le permitiera ascender a la popularidad y a la fama deseada, que este entonces hiciera "un borrón y cuenta nueva", olvidándose de quienes invirtieron dinero y esfuerzo en procura de promover su figura?

De ahí es que viene el asunto de que se están haciendo contrato de cinco y seis años, en procura de preservar y recuperar las inversiones que algunos hacen en figuras nuevas.
Sería como hacerse un harakiri.

El del arte es un negocio impredecible, y de muy altos riesgos, cuando se trata de promover artistas.
Vaya a un banco a ver si hay préstamos para esto... (josecaceresnet).

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