PARIS .- - Un tribunal comercial francés ordenó el jueves a una empresa alemana dedicada a la prueba de productos que indemnice a más de 1.600 mujeres y seis distribuidores, después de determinar que no revisó adecuadamente implantes de seno de silicona que resultaron propensos a tener fugas.
La corte de Tolón ordenó a TUeV Rheinland pagar indemnizaciones -aún por determinar- a demandantes que buscan recibir al menos 50 millones de euros (67,2 millones de dólares). Expertos decidirán ahora la cifra apropiada del pago por daños y perjuicios, proceso que se espera tome algunos meses.
TUeV negó tener responsabilidad en el caso y planea presentar una apelación.
El juicio fue parte de una cadena de casos centrados en el vendedor francés de implantes Poly Implant Prothese (PIP), ahora en bancarrota, cuyo fundador y varios ex empleados están enfrentando un juicio penal en la cercana Marsella por acusaciones de que la compañía utilizó silicona barata para llenar decenas de miles de implantes que eran propensos a rupturas y fugas. Se espera un veredicto en este caso el 10 de diciembre.
Debido a que PIP está en bancarrota, no es probable que reciban mucha compensación las 5.000 mujeres que se han unido a una demanda contra la empresa francesa. Pero TUeV Rheinland, compañía líder en la industria que está acusada de haber sido responsable de revisar la calidad de los implantes, tiene mucho dinero.
Abogados de los demandantes argumentaron que la unidad francesa de TUeV Rheinland que realizó las inspecciones era competente para inspeccionar aparatos domésticos como aspiradoras y lavadoras, no implantes de pechos.
Laurent Gaudon, abogado de una paciente, calificó el fallo de la corte como "una gran victoria... La corte ha sido audaz al decidir una compensación importante para las víctimas de PIP".
Olivier Aumaitre, un abogado de los distribuidores, dijo que el fallo podría allanar el camino para que potencialmente decenas de miles de mujeres a nivel mundial exijan pago de indemnización en Francia contra TUeV Rheinland.
La abogada defensora Cecile Derycke sugirió que TUeV Rheinland estaba siendo tomada como chivo expiatorio debido a que es solvente.
"Es fallo es totalmente aberrante. Va en contra del historial del caso, del argumento del fiscal en la audiencia -quien pidió que TUeV Rheinland fuera absuelta de toda responsabilidad_; y cuando leí la determinación, no vi referencia a documentos o información específica", agregó en entrevista telefónica. "La gente está a la cacería de alguien que pueda pagar a estos pacientes".
PIP afirmó alguna vez que su fábrica de Francia exportaba a más de 60 países y que era uno de fabricantes líderes de implantes en el mundo. Al menos 125.000 mujeres en diversas partes del mundo los recibieron hasta que terminaron las ventas a inicios de 2010, aunque posiblemente haya muchos más. Según cálculos gubernamentales, más de 42.000 mujeres recibieron estos implantes en Gran Bretaña, más de 30.000 en Francia, 25.000 en Brasil, 16.000 en Venezuela y 15.000 en Colombia.
Después de que PIP cerró el negocio, reguladores en toda Europa comenzaron a exigir una supervisión más estricta sobre dispositivos médicos.
La corte de Tolón ordenó a TUeV Rheinland pagar indemnizaciones -aún por determinar- a demandantes que buscan recibir al menos 50 millones de euros (67,2 millones de dólares). Expertos decidirán ahora la cifra apropiada del pago por daños y perjuicios, proceso que se espera tome algunos meses.
TUeV negó tener responsabilidad en el caso y planea presentar una apelación.
El juicio fue parte de una cadena de casos centrados en el vendedor francés de implantes Poly Implant Prothese (PIP), ahora en bancarrota, cuyo fundador y varios ex empleados están enfrentando un juicio penal en la cercana Marsella por acusaciones de que la compañía utilizó silicona barata para llenar decenas de miles de implantes que eran propensos a rupturas y fugas. Se espera un veredicto en este caso el 10 de diciembre.
Debido a que PIP está en bancarrota, no es probable que reciban mucha compensación las 5.000 mujeres que se han unido a una demanda contra la empresa francesa. Pero TUeV Rheinland, compañía líder en la industria que está acusada de haber sido responsable de revisar la calidad de los implantes, tiene mucho dinero.
Abogados de los demandantes argumentaron que la unidad francesa de TUeV Rheinland que realizó las inspecciones era competente para inspeccionar aparatos domésticos como aspiradoras y lavadoras, no implantes de pechos.
Laurent Gaudon, abogado de una paciente, calificó el fallo de la corte como "una gran victoria... La corte ha sido audaz al decidir una compensación importante para las víctimas de PIP".
Olivier Aumaitre, un abogado de los distribuidores, dijo que el fallo podría allanar el camino para que potencialmente decenas de miles de mujeres a nivel mundial exijan pago de indemnización en Francia contra TUeV Rheinland.
La abogada defensora Cecile Derycke sugirió que TUeV Rheinland estaba siendo tomada como chivo expiatorio debido a que es solvente.
"Es fallo es totalmente aberrante. Va en contra del historial del caso, del argumento del fiscal en la audiencia -quien pidió que TUeV Rheinland fuera absuelta de toda responsabilidad_; y cuando leí la determinación, no vi referencia a documentos o información específica", agregó en entrevista telefónica. "La gente está a la cacería de alguien que pueda pagar a estos pacientes".
PIP afirmó alguna vez que su fábrica de Francia exportaba a más de 60 países y que era uno de fabricantes líderes de implantes en el mundo. Al menos 125.000 mujeres en diversas partes del mundo los recibieron hasta que terminaron las ventas a inicios de 2010, aunque posiblemente haya muchos más. Según cálculos gubernamentales, más de 42.000 mujeres recibieron estos implantes en Gran Bretaña, más de 30.000 en Francia, 25.000 en Brasil, 16.000 en Venezuela y 15.000 en Colombia.
Después de que PIP cerró el negocio, reguladores en toda Europa comenzaron a exigir una supervisión más estricta sobre dispositivos médicos.
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