jueves, 4 de julio de 2013

EL CÓDIGO PROCESAL PENAL SIGUE SIENDO UN SANTUARIO PARA LOS CRIMINALES



Por Alci de la Rosa

Suele aparecer en la prensa criolla noticias y comentarios de algunos periodistas que llevan las estadísticas de los malhechores que caen en intercambios de disparos con la Policía y en la mayoría de los casos politizan el asunto para cargarle el dado al gobierno de turno o al partido que lo llevó al Poder, provocando que la institución que debe velar por la seguridad ciudadana se vea temerosa de actuar con la dureza debida frente a los malditos delincuentes que no le dan respiro a la familia dominicana. 

Sin embargo no hacen lo mismo con los militares, policías y gente buena y trabajadora del pueblo que caen a manos de los los atracadores que no tienen ninguna inquietud de espíritu para actuar sin piedad ninguna contra sus víctimas no importa que sea un anciano o anciana, niño o mujer llegando hasta matar a un padre de familia que sus hijos y esposa esperan para comer la humilde cena por un simple celucar o un motor de medio uso.

Pero amén de esa prensa tendenciada políticamente hay un santuario escrito en nuestra ley y es el CÓDIGO PROCESAL PENAL QUE ES UN SANTUARIO PARA EL CRIMEN ORGANIZADO que sabe que por medio de mecanismos absurdos que posee ese estatuto, sus fatales integrantes obtienen la libertad rápidamente, ¡no importa lo grave y abominable del caso, si hay dinero es pa' fuera que van a seguir robando y matando!

El caso más reciente es que uno de los asesinos de la segunda teniente del Ejército Nacional, Suleika Ponciano Solano de 25 años y quien era escolta de una de las hijas del presidente Medina, ¡carajo, no tenía ni siquiera 15 días que había salido de cárcel ordenado por el desgraciado Código Procesal Penal!

Para colmo es que ayer mismo fue asaltado por desconocidos al llegar a su residencia en San Pedro de Macorís, otro segundo teniente, éste de la Policía, adscrito al Cuerpo de Ayudante Militares del Presidente de la República, recibiendo varias puñaladas de sus atacantes que le robaron un celular y arma de reglamento.

Pero anteriormente delincuentes habían matado en el barrio Mejoramiento Social y a ojos de sus dos hijas al primer teniente de la Fuerza Aérea Dominicana, Manuel de Jesús Sosa Jiménez, una persona muy querida en su comunidad por su don de bien.

Así están las cosas en nuestra sociedad que se siente aterrorizada por este incontenible sunami delincuencial que impide que la gente salga a las calles a ninguna hora de la noche, ni siquiera a cenar con su esposa a un restaurant de respeto para no correr el riesgo de muerte como ocurrió a los esposos septuagenarios siendo asesinada la señora y su compañero herido de gravedad, cuando regresaban a la paz de su hogar creyendo que a dos ancianos como ellos nadie sería capaz de cometer tan execrable abuso.

¿Y cuál es la esperanza de esta indefensa ciudadanía? Ninguna, simplemente estar confesados con Dios para cuando llegue el momento fatal ya que sigue siendo un santuario para el crimen el CÓDIGO PROCESAL PENAL.

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