Por El Duende
YO, EL DUENDE QUE CAMINA, VIVO EN EL CORAZÓN DE LA SELVA AFRICANA Y AQUÍ TODO EL MUNDO TIENE QUE CAMINAR POR SU REGLA. Sin embargo captando por la red lo que está pasando en República Dominicana parece que las autoridades estatales han perdido la perspectiva de cual es su deber para resguardar a la ciudadanía de actitudes interesadas de un sector de la sociedad que puede poner en peligro las paz ciudadana. Esto lo digo porque en la vergonzosa batalla del domingo pasado entre grupos antagónicos en el Partido Revolucionario Revolucionario Dominicano, que obedecen las directrices de Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía hubo violaciones a la ley de todo tipo y nadie esta detenido. En los videos de la televisión se pudo observar a civiles disparando armas de fuego que provocaron heridas a una decena de personas y aún estando presentes un batallón policial nada se hizo para desarmarlos y someterlos a la justicia por uso indebido de esos artefactos.
No hay dudas de que la historia está ahí, Miguel y su gente estaba pacíficamente realizando un acto mandatorio de los estatutos que rigen al Partido Blanco y de repente llegó una nutrida muchedumbre que irrumpió a esos predios en forma violenta provocando la resistencia de los agredidos y formando un caos allí de marca mayor, acción que ya estaba anunciada y luego confirmada por el señor Hipólito Mejía al decir que esa era la única alternativa que le quedaba.
Pero lo grande es que a pesar de los hechos y confesión de parte ¡no hay nadie detenido ni a quién se responsabilice de esta macabra agresión a la paz pública.
Después de los horrorosos desórdenes la Policía ha tomado el local del PRD y un funcionario palaciego, que parece que sabía lo que iba a hablar, salió con unas declaraciones totalmente fuera de lugar al decir que había que esperar al Presidente Medina de su viaje desde Chile para que tome la decisión de ver a que facción se le entregaría el local. ¡Nada más desacertado! porque el Presidente no tiene potestad para eso sino los organismos pertinentes de la Justicia atendiendo al mandato de la ley que supuestamente indican que hay que entregarlo a quienes legalmente son los legítimos dirigentes de ese partido.
De las autoridades quedarse con las caras donde mismo las tenían antes de lo ocurrido sin aplicar acto de coerción en contra de los violadores de la ley se estaría sentando un mal precedente creándoles ínfulas a ciertos políticos de que están precisamente por encima de la ley y diciéndole al PUEBLO DOMINICANO QUE MÁS QUE UN ESTADO DE DERECHO ES UNA SELVA TROPICAL.
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