El ingeniero y profesor universitario Rafael Antonio Sánchez Caro
QUÉ PAÍS, MI PAÍS...
Señores andamos muy mal como sociedad organizada, cuando todavía entre nosotros en pleno siglo XXI, en los inicios del tercer milenio de la Era Cristiana suceden cosas increíbles que nos dejan estupefactos, atolondrados y patidifusos. Porque en pleno Estadio Quisqueya, nada más y nada menos que todo un ingeniero y profesor universitario se da un "jumo" de padre y señor mío armando un escándalo de marca mayor.
El nombrado Rafael Antonio Sánchez Caró, quien debería ser ejemplo de conducta para la juventud de hoy, bebió hasta perder el control y en su locura etílica ofendió a una de las coristas de su equipo y al proceder la seguridad del Estadio con la medida de lugar expulsándolo del parque el hombre apeló a utilizar la fuerza para imponer su capricho. Se fue a su automóvil y tomó una pistola, pero antes se había cambiado la camisa para no ser reconocido, (Es decir que ese momento estaba actuando con razonamiento y dominio de lo que estaba haciendo) y regresó a las graderías desafiando a los guardianes que lo arrestaron y de inmediato empezó a disparar que ni "Tim McCoy" en el viejo oeste, llenando de terror a todos los fanáticos que fueron a pasar un momento de esparcimiento y de repente se encuentran en un trance en que pudieron perder la vida. ¿Usted cree que es posible que estas cosas estén ocurriendo en este país merecedor de mejor suerte? Pero es porque aquí no se aplica la ley como se debe ¡carajo! porque en los Estados Unidos hubiese sido detenido y hecho preso bajo la acusación de acoso sexual y atentar contra la vida de ciudadanos pacíficos y le echan encima un par de años en la chirona y a pagar un multa considerable ¡y más nunca en la vida lo vuelve a intentar! Pero aquí no, lo que funciona es el paño tibio y el maldito amiguismo y mientras estemos así iremos de mal en peor.
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