sábado, 4 de agosto de 2012

MARILYN MONROE: LA HISTORIA DE UNA VIDA SENTIMENTAL ATORMENTADA

   
            Marilyn Monroe en tecnicolor                                 Marilyn Monroe en claroscuro


Por Pablo Clase hijo
 Murió el 5 de agosto de 1962 en Los Ángeles, California, EEUU
En solo treinta y seis años de vida, la actriz norteamericana Marilyn Monroe encarnó el mito de una estrella de cine: con toda su belleza y vulnerabilidad. Desde los dieciséis años, sus matrimonios con Jim Dougherty, Joe DiMaggio y Arthur Miller, y sus aventuras con Robert y John F. Kennedy, Frank Sinatra, Yves Montand, Marlon Brando, José BolañosÖ revelaban a un ser errante en busca de amor y sentido.
Desde 1956, Marilyn observaba un estilo de vida muy peculiar. Permanecía acostada sola en su dormitorio, bebiendo champán, hablando largas horas por teléfono, escuchando discos de Frank Sinatra o admirando su imagen desnuda en los espejos. Raras veces se bañaba, y comía en la cama, limpiándose las manos en las sábanas que había que cambiar con mucha frecuencia.
En 1962, inició unas ‘relaciones’ con el presidente Kennedy, pero este empezó a sentirse molesto por sus retrasos y constantes llamadas telefónicas. Por eso se la cedió a su hermano  Robert, quien, tras unos encuentros, cambió de número de teléfono por la misma razón.
El estado de ánimo de Marilyn durante el verano de aquel año oscilaba entre la alegría y la desesperación. Recurrió a las píldoras y sesiones psiquiátricas diarias. Un domingo, a primeras horas de la mañana, la encontraron muerta por una sobredosis de barbitúricos. El médico certificó que su muerte fue un suicidio.
Mientras la desesperación es una causa de suicidio,  la esperanza da alegría y sentido a nuestras vidas. Jesucristo es nuestro mejor ejemplo, “el cual, frente al gozo que se le presentaba, soportó la cruz, menospreciando el oprobio, y está sentado a la diestra del trono de Dios”. (Listín Diario)

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