Pero no es menos cierto que cuando se utiliza la autoridad para asediar a un sector esto provoca irritaciones que llegan a la protesta masiva como es el caso de los motoconchistas que tomaron las calles obstaculizando el tránsito en protesta porque los agentes de la AMET no les dan sosiego en su trabajo diario.
Sabemos que al igual que otros conductores los motoconchistas no andan con todas las de la ley y que a diario violentan las normas que rigen el tránsito en Santo Domingos y otras localidades del país, sin embargo representan una extensa masa social que se busca "la comida" en ese quehacer en un país en donde escasean las oportunidades de trabajo tanto en el sector público como privado.
No es que se deje a estos trabajadores informales a que hagan lo que les venga en gana, sino que baje un poco la guardia y se les pasen algunas faltas por alto, porque eso de incautarles su medio de vida por cualquier "quítame esta paja" los lleva a la ruina.
En un país donde la delincuencia está creciente no debe acorralarse al ciudadano que honestamente quiere ganarse el sustento diario, ya que el hambre y la miseria son muy malas consejeras y un hombre en esas condiciones que no pueda llevar el pan a la boca de sus hijos es capaz de lo peor.
Señores de la AMET, como dice Johann W. Goethe en su famosa obra Fausto, "poderosa es la ley pero más poderosa es la necesidad".
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