Acroarte se crece, se engrandece, cuando deja de lado actitudes retaliativas y castigadoras que predominaron en el pasado reciente, cuando dejó de nominar a Frederick Martínez "El Pachá", sencillamente porque el controversial comunicador se desbocó al poner de manifiesto su enojo y disconformidad con algunas de las acciones y situaciones que se presentaron.
Con las únicas exclusiones con las que estoy de acuerdo es con la de aquellos que se dedican a promover con su música el consumo de estupefacientes, porque esos si que provocan gran daño, y de ahí nadie me saca.
Fue un error ignorar el trabajo sobresaliente de "El Pachá", recuerden que lo dijimos y reiteramos en su momento.
Un premio como El Soberano no puede ser manejado como un látigo para golpear y castigar malcriados o desafectos, como si se tratara de un coloquio familiar donde a los muchachos se les dan "pelas", en tiempos en que ya ese tipo de castigo está obsoleto, y en países como Estados Unidos y de Europa conlleva problemas legales.
Si alguien trabaja y se destaca, no importa que le diga a Acroarte "perro muerto". Total, "El Pacha" no será el último ni el primero", si a sacar cuentas vamos.
Ahí está otro caso, el del rapero "El Lápiz Consciente", que le dijo en el pasado a Acroarte "hasta barriga verde", llegando al extremo de grabar un rap acabando con los miembros de la entidad.
El Lápiz está ahora muy contento "tuiteando" su nominación.
Quizás, si no gana, "acaba" con Acroarte de nuevo. Pero el premio y quienes lo otorgan tienen que estar por encima de eso.
Después de todo, los pleitos, resabios y las protestas, a veces irrespetuosas, no son más que la confirmación de la importancia del premio.
Al final de cuentas, todos caen rendidos, seducidos, por la magia de un premio que a veces dizque odian, pero lo quieren... (josephcaceresnet).
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