El programa “Noviembre en danza” continúa, y esta vez toca el turno a “Otoño danza”, que tiene como piezas principales cuatro obras de la coreógrafa belga-colombiana Annabelle López Ochoa.
La sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes, escenario en el que se ofrecerán las presentaciones los días 15, 16 y 17 del mes en curso, recibirá además trabajos de los dominicanos Elizabeth Crooke, y una pieza realizada en conjunto por Mercedes Morales y Víctor Ramírez.
López Ochoa (Bélgica, 1973), acompañada de la dominicana Stephanie Bauger y el argentino Nicolás Berrueta, conversaron con LISTÍN DIARIO acerca del arte de la danza y sobre las piezas que presentarán.
Una de ellas es “Before After”, un ‘pas de deux’ que será interpretado por los mencionados bailarines. “Es una relación que se termina, ese momento antes”, explica López, al hablar de una pieza que fue inspirada por algo que vivió con una antigua pareja.
Algo que sostiene la artista, que empezó a hacer coreografías a la edad de 11 años, es que en sus obras la mujer no es débil, sino lo contrario. “En los dúos clásicos es algo ligera, romántica, frágil, elegante. No veo a la mujer de hoy en día así”, dice, esto pese a que alega que en sus trabajos está la base clásica (las piernas se estiran, hay giros) pero la mujer es fuerte.
Otro detalle que dice agregar a sus obras es un toque de humor. “Con música clásica de Frédéric Chopin, y las mujeres tienen tacones y el pelo suelto es dramático, pero al mismo tiempo humorista”, explica López Ochoa, quien ha realizado coreografías para compañías como la Scapino Ballet Rotterdam, Ballet du Grand Theatre du GenËve, y Pennsylvania Ballet, entre muchos otros.
Como artista de la expresión corporal asegura que siempre está pensando en imágenes. “Hay que tener una historia, un tema y para mí es algo natural, no se como logro hacer cosas”, afirma y que no le agrada hacer cosas abstractas, y que cuando duerme mal su creatividad se activa.
“En la pieza está expresada gran parte de la naturaleza de Anabelle, de su fuerza, de su pasión, de todas esas cosas que ella va viviendo y se sienten a la hora de bailar”, comenta Berrueta, solista del “Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín”, de Buenos Aires, al hablar de la forma en que interpreta la pieza creada para el Dutch National Ballet, en 2002.
“Es una cosa fuerte físicamente, hay un contacto muy fuerte entre los dos”, agrega Bauger, al hacer referencia a esta obra con la que regresa al escenario a tres años de haber sufrido una lesión. (Pachico Tejada).
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